lunes, 14 de septiembre de 2009

MUJERES VALIENTES(NORMA VIRGINIA GUIROLA)

Norma nació en Villa Colón, Cantón de Mora, Provincia de San José de Costa Rica, el día 26 de febrero de 1947; penúltima hija de los maestros salvadoreños María Luisa Zelaya de Guirola y Víctor Manuel Guirola.
Realizó sus estudios de Secundaria (Bachillerato) de 1962 a 1964 en el Instituto América.
En 1965 ingreso a la Universidad de El Salvador para iniciar sus estudios de Licenciatura en Economía; en esta época, Norma ya pertenecía a organizaciones de estudiantes, por lo cual se le hizo muy fácil realizar el trabajo a favor de los cambios sociales para las mayorías desposeídas.
Su inquieta juventud fue una constante búsqueda de la libertad y su preocupación principal: la situación de injusticia y discriminación de la mujer salvadoreña. Organizo grupos de mujeres, sin distinción de clases, edad o color; trabajo a la par de ellas llevándoles palabras de aliento y confianza, haciendo valer en todo momento la condición humana en las mismas.
Sus trabajos en la práctica social los inicio en 1962, a través de sus participaciones en la Unión Nacional de Estudiantes Salvadoreños, la Asociación de Estudiantes de Secundaria y en su periodo universitario, en la Sociedad de Estudiantes de Economía y Humanidades, para culminar su participación activa en la Asociación General de Estudiantes Salvadoreños (AGEUS).
No concluyó sus estudios universitarios por dedicarse completamente al trabajo social, muestra de ello es que entre 1980 y 1986, Norma Virginia salió del país con el objetivo de capacitarse en torno a la problemática de la mujer en la sociedad y la manera de convertirla en un sujeto de cambio, especialmente tomando en cuenta la situación conflictiva del país.
De este periodo existen muchos aportes que Norma Virginia dejó plasmados, tanto para el Movimiento de Mujeres Salvadoreñas como latinoamericanas, con su activa participación en la Asociación de Mujeres Progresistas de El Salvador (AMPES) así como en diversos encuentros de mujeres a nivel latinoamericano.
Como parte de este trabajo realizado en 1982, Norma Virginia viaja hacia Europa como representante de la UES, creando Comités de Amigos en la Universidad y a la vez, iniciar vínculos con personalidades de los Movimientos de Mujeres de esos países.
En 1983 escribió el libro “La Mujer en la Revolución Salvadoreña”, donde plasma la participación de la población femenina en los procesos de cambio que se vivían en ese periodo de conflicto armado. Este libro es publicado hasta que Norma Virginia regresa al país.
Fueron estas experiencias las moldearon, entre otras, su compromiso con la problemática de las mujeres salvadoreñas y es así que decide dedicarse al Movimiento de Mujeres en dos área específicas.
La primera de ellas es la formulación de una Concepción Teórica sobre el Movimiento Femenino Salvadoreño y la segunda su aporte protagónico en la práctica social al Movimiento de Mujeres Salvadoreñas.
Desde mayo de 1986, cuando regresa al país, trae consigo la firme idea de fundar un organismo que se encargue de resolver las necesidades de las mujeres salvadoreñas y es así como en agosto de ese mismo año funda lo que actualmente es el Instituto de Investigación, Capacitación y Desarrollo de la Mujer, IMU.
El IMU se estableció en medio de grandes dificultades, entre las cuales se puede mencionar la poca o ninguna claridad por parte de otras organizaciones populares, en crear un espacio específico para abordar la problemática de la mujer. La inexistencia de financiamiento para el desarrollo de los programas trazados se convirtió en otro impedimento.
Durante los primeros años de trabajo en el IMU, Norma Virginia también contribuyó a la formulación de políticas y estrategias para establecer otros organismos de mujeres, siendo también fundadora de la Asociación de Mujeres Salvadoreñas (ADEMUSA).
En 1989, Norma Virginia de Herrera es brutalmente asesinada por miembros de las Fuerzas Armadas Salvadoreñas, cuando se encontraba brindando su aporte al momento histórico que se vivió en la ofensiva militar de noviembre de ese año. Esto ocasionó una irreparable pérdida, no sólo para su familia, sino también para la sociedad salvadoreña, que se quedó sin una mujer valiente, trabajadora y con una sabia mentalidad a favor de los cambios sociales en nuestro país.
Inspiradas en su pensamiento y lucha, un grupo de mujeres entre ellas hermanas e hijas de Norma, fundan en Centro de Estudios para la Mujer “Norma Virginia Guirola de Herrera”, CEMUJER.
Definitivamente, Norma de Herrera dejó una huella imborrable en El Salvador y en las Organizaciones de Mujeres, pues en su labor contribuyó al logro actual en el área de la Equidad de Géneros y el Desarrollo Humano de la población femenina, a favor de los cambios estructurales de la sociedad salvadoreña.Así fue Norma, firme y justa en sus decisiones; exigente y honesta en el trabajo, grano de maíz que florece en cada mujer que asume la búsqueda de su propia identidad; que se rebela a cánones y estereotipos ajenos a la realidad; y más aún en el hombre que valora la capacidad creadora de la misma, fertilizando así como unidad dialéctica indestructible, lograrán al final colmar los anhelos de paz y de justicia social.



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